Acabas de terminar tu carrera universitaria y estás listo para comenzar tu vida laboral. Pero, algo que te llama la atención es que algunos de tus compañeros ya están pensado en llevar una maestría. Ante ello te puedes preguntar: ¿cuál es el mejor momento para llevar una maestría? Un buen momento es al finalizar tu posgrado. Las razones son diversas y te las damos a conocer en este artículo.
La maestría es un grado académico que se obtiene luego de sustentar una tesis tras completar un programa de posgrado que generalmente dura dos años. En su estudio, los profesionales pueden profundizar conocimientos en áreas específicas a nivel teórico y práctico. Para poder llevar estos estudios, es necesario contar con el grado de bachiller.
En el proceso de postulación, uno de los requisitos para ser aceptado es la carta de sustento en la que explicas los motivos para estudiar una maestría. Muchos la consideran tan solo un paso más hacia el inicio de sus estudios. No obstante, este carta puede hacerte reflexionar sobre tu verdadera motivación y las metas que quieres trazarte como profesional.
Al analizar tus objetivos personales a corto y largo plazo podrás orientar tu decisión respecto a qué maestría elegir o en qué área de estudio quieres especializarte. Si, por el contrario, tienes clara la línea de carrera que quieres seguir y decides empezar ya, la maestría puede darte grandes ventajas.
Uno de los beneficios de estudiar una maestría es su impacto en tu empleabilidad. Cada día, el mercado laboral requiere de personal especializado en distintas áreas. Por eso, quienes cuentan con estudios de posgrado pueden sobresalir en su campo laboral. Más aún, si eres un recién egresado con limitada experiencia laboral, la maestría te dará un gran ventaja competitiva.
Escalar más rápidamente y tener una mejor remuneración son las más comunes expectativas que se tiene de una maestría. Definitivamente, los magísteres pueden obtener mejores sueldos y ser elegibles para puestos de mayor cargo y mayores responsabilidades en comparación con un bachiller.
Por otro lado, en el mundo del posgrado es común establecer nexos y redes de contactos al compartir con profesionales de diversos círculos. Formar relaciones interpersonales con tus compañeros de estudio te abre las puertas a posibilidades a futuro que serán muy útiles tanto para tu vida laboral como personal.
Otra de las ventajas de estudiar una maestría se relaciona con los procesos de enseñanza de las escuelas de posgrado. En las más importantes del país, la internacionalización cobra gran importancia, ya que los alumnos están en contacto con profesores, conferencistas e incluso estudiantes provenientes de otros países.
El programa académico de una maestría que tiene estas características beneficia a los alumnos al proporcionarles una visión global. Este factor se promueve mucho, sobre todo en las escuelas de negocios, ya que las grandes compañías buscan que sus profesionales en administración de empresas sean capaces de plantearse metas a nivel global.
Otros programas impulsan la movilidad de los alumnos, sobre todo en las ciencias. En estos casos, la razón de estudiar una maestría en Ingeniería radica en que los estudiantes que visitan otros países pueden acceder a tecnología avanzada y laboratorios de alto nivel. Puede que incluso estas experiencias en universidades extranjeras sean un motivo para comenzar su vida laboral fuera del país.
En el lado pedagógico, la educación ha experimentado grandes cambios. Por ello, los beneficios de estudiar una maestría en Educación van en relación con la capacitación en nuevas perspectivas de enseñanza y aprendizaje. Además, muchas maestrías de este rubro se enfocan también en la preparación de gestores educativos preparados para asumir roles de liderazgo.
¿Si pienso tener una empresa propia necesito una maestría? Ciertamente, porque estudiar una maestría en Administración, por ejemplo, te puede brindar conocimiento especializado sobre la administración de negocios que necesitas para manejar eficientemente tu propia empresa.
Un gran porcentaje de los emprendimientos fracasan en su primer año y, generalmente, el motivo es la falta de capacitación en temas administrativos y financieros. Estudiar una maestría puede ayudarte en tu negocio, ya que, al estar en contacto con otros profesionales, puedes nutrirte de su visión y adquirir una perspectiva multidisciplinaria.
Los emprendedores necesitan brindar valor a sus negocios y deben tener un enfoque innovador para asegurar su éxito. Una maestría puede ayudarte no solo a dirigir tu negocio, sino también a ampliar tu visión, permitiéndote crecer en el mercado local e incluso llegar al extranjero.
Sea cual sea la razón por la que te decidas por una maestría, tu inversión en términos de tiempo, dinero y esfuerzo tendrá un retorno considerable. Te invitamos a revisar nuestro blog o acudir a una charla informativa sobre la oferta de maestrías que tenemos para ofrecerte en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Anímate a estudiar una y comienza con el pie derecho tu vida profesional.